6 DE NOVIEMBRE, BATALLA DE MADRID

Ataque frontal a Madrid

6 de noviembre 1936 (viernes)

EL SANTO Y SEÑA PARA CIRCULAR ESTA NOCHE POR MADRID ES:

Pregunta: La mala semilla   
Respuesta: Hay que quitarla

Sin el santo y seña no se puede circular por las noches de Madrid, sin que te detengan.

El 6 de noviembre, el ejército sublevado al mando del general Varela ocupa Carabanchel Alto y todas sus instalaciones militares, las tropas rebeldes alcanzan la línea Cerro de los Ángeles-Carabanchel-Villaverde, a sólo seis kilómetros de Madrid. Los entonces tenientes coroneles Asensio, Fernando Barrón, Delgado Serrano y el comandante Castejón lanzan un ataque por Villaverde y Carabanchel, pero no consiguen avanzar hasta el Manzanares ni atravesar la línea defendida por los republicanos: coronel Escobar sobre la carretera de Extremadura, coronel Bueno en la Marañosa y el jefe de milicias Líster en la carretera de Andalucía. 

Carabanchel

A las once se reúne el consejo de ministros presidido por Francisco largo Caballero. Hoy se incorporan al mismo cuatro ministros anarquistas. Se discute la difícil decisión de  abandonar la capital y trasladarse a Valencia. Que el enemigo está a las puertas de Madrid, ya no es un rumor, está de verdad a las puertas. La discusión llega a ser tensa. Los cuatro ministros anarquistas y los dos comunistas no están de acuerdo, opinan que la marcha significa aceptar la derrota, dejar al pueblo de Madrid solo, esto afectaría a la baja moral de resistir que hay en la ciudad. Los anarquistas piden que se refleje en acta su voto en contra. Pero Indalecio Prieto no acepta. Esta decisión hay que tomarla por unanimidad para que después unos no sean considerados más héroes que otros. Al final todos aceptan la decisión de abandonar Madrid. “Largo Caballero da la instrucción de que, a partir de ese momento, los ministros deben abandonar Madrid y dirigirse a Valencia con absoluta reserva”. 

Al finalizar el consejo, el ministro comunista Jesús Hernández, informa a los periodistas. “ha sido un consejo netamente militar. Se ha examinado la situación militar y se han tomado las medidas necesarias en relación con la misma”

Francisco Largo Caballero durante un mitin en Las Ventas

El presidente del gobierno hace llamar al general José Miaja Menant. Largo Caballero recibe a Miaja en su despacho del ministerio. Y le da una orden. “Tienes que defender Madrid”, el gobierno ha decidido desplazarse a Valencia hoy mismo. El general le responde. “El gobierno debió marcharse antes, creo que no debe permanecer en Madrid, pero no sé qué consecuencias tendrá entre los madrileños, puede interpretarse como una huida”. El presidente le informa que la decisión es colectiva, y continua con las órdenes para el general, “tienes que esperar al general Sebastián Pozas a continuación recibiréis unos sobres con las instrucciones para cada uno, espero de vosotros la prudencia necesaria y el cumplimiento de las órdenes que recibiréis”.  

El 6 de noviembre, con el enemigo en las puertas, el Gobierno republicano abandona Madrid, lo hacen esa misma tarde, como el presidente, otros lo harán por la noche. El gobierno no puede correr el riesgo de una derrota y pone la ciudad en manos de una Junta de Defensa que presidiría el general Miaja. A Largo Caballero y el general Asensio (su hombre de confianza en temas militares) no les preocupaba perder Madrid. Era un estómago gigante que había que alimentar y pensaban que había otras maneras de parar al enemigo. El pueblo, sin  embargo aunque tenía miedo, no quería abandonar Madrid. Comunistas, socialistas y anarquistas, junto con las Brigadas Internacionales que pronto llegarían a Madrid y militares fieles a la República, creen que la resistencia es posible.

Junta de defensa de Madrid, JDM

Durante el traslado del gobierno a Valencia, se encuentran con una desagradable sorpresa al pasar por Tarancón. La localidad está controlada por las milicias anarquistas de la columna de Del Rosal que vienen del frente de Sigüenza. Los milicianos del puesto de Tarancón están al mando de Villanueva, compañero de cárcel de Cipriano Mera. Villanueva es uno de los supervivientes de Sigüenza.

Largo Caballero y los primeros coches han pasado sin novedad. Pero cuando los milicianos se dan cuenta de que es todo el gobierno el que va en dirección a Valencia, les obligan a bajar de los vehículos. Los ministros Juan López y Juan Peiró, miembros de la CNT, son obligados a dar media vuelta. Pedro Rico (alcalde de Madrid) corre la misma suerte. Los milicianos llegan a amenazar a los ministros con fusilarles allí mismo por cobardes. Del control de sus compañeros han conseguido librarse Juan García Oliver y Federica Montseny (ministros de la Federación Anarquista Ibérica FAI) Pero la FAI valenciana presionará a la ministra para que vuelva a Madrid. Villanueva habla con Eduardo Val. El diálogo con el secretario del Comité de Defensa de la CNT ha sido muy descarnado: 

—Tengo aquí a cuatro ministros que huían de Madrid, ¿qué hago con ellos? 
—Dejarlos en libertad. 

Para hacerlo ha exigido una orden escrita de Val. Val accede, y Villanueva obedece. Por su gusto, les habría fusilado.

Pedro Rico cuando regresa a Madrid, se refugia en la embajada de México.

Miaja, el hombre en que nadie confiaba, está en el despacho de Largo Caballero en el palacio de Buenavista sentado en  la mesa del presidente vacía de papeles, entra el general Pozas. Cada uno de ellos tiene en sus manos un sobre en el que hay una orden: “Para abrir a las seis de la mañana”.

El general Miaja, responsable de la defensa de Madrid

Los dos se ponen de acuerdo: les han encargado defender Madrid. Desobedecen la orden y abren los sobres. El contenido está equivocado. A pozas le dan el sobre de Miaja y  a Miaja el de Pozas. Al general Miaja le encargan “la defensa de Madrid a toda costa” y le nombran presidente de una Junta de Defensa que tendrá que constituir con representantes de los partidos políticos y sindicatos, también le indican que si la cosa se pone fea, se retire a Cuenca a las órdenes de Pozas. Pozas recibe el encargo de crear una línea defensiva para evitar el avance del enemigo. 

General Pozas

Miaja se pone inmediatamente a trabajar y forma su equipo, como su ayudante nombra al teniente coronel José Pérez, como jefe de Estado Mayor al teniente coronel Vicente Rojo, ayudado por los comandantes José Fontan y Manuel Matallana. El comandante de milicias Servando Marenco será el enlace con los jefes de las milicias con las que espera contar, también se incorporan asesores rusos.

El equipo de Miaja se pone a trabajar de manera rápida. Lo primero, desde luego, es saber cómo está la situación de la defensa. El ayudante de Rojo, Marenco se encarga de reclamar la presencia de los jefes de cada una de las fuerzas. Miaja reclama que sean localizados los secretarios de las centrales sindicales y partidos políticos. Mientras el Estado Mayor va recopilando y ordenando la información de que se dispone sobre las unidades, parque de municiones y cobertura de la defensa, llegan los jefes de las columnas: Mena, Líster, Valentín González, Álvarez Coque, Martínez de Aragón, Galán, Prada, Barceló, Perea… Cuando están todos, Miaja se dirige a ellos en un tono épico: “¡El gobierno se ha ido! Ha llegado el momento de ser hombres. ¿Me entienden? De ser hombres, ¡machos!… Si hay alguno que no se sienta capaz de morir, más le vale decirlo ahora… Nadie responde. Todos esperan en una actitud que encaja con el dramatismo de la hora. Todos los hombres llevan meses combatiendo, muchas veces con más voluntarismo que profesionalidad. Miaja rompe esa voluntariedad y marca su autoridad: Era lo que esperaba de ustedes. Pasen por el Estado Mayor a recibir órdenes. ¡Buenas noches y mucha suerte!”(1)

Miaja y Rojo

Franco suscribió en Salamanca el 6 de noviembre de 1936 el Decreto nº 55, por el que se creó la Auditoria de Guerra del Ejército de Ocupación, obra del comandante jurídico militar Lorenzo Martínez Fuset, por el que se buscaba llevar a cabo una labor represiva de acuerdo con determinadas normas, una vez se ocupase Madrid. se crearon ocho consejos de guerra para depurar posibles responsabilidades. En dicha norma se prescribía que el cargo de defensor para los consejos de guerra sumarísimos será desempeñado en todo caso por un militar, con lo que se evitaba que pudieran asumir los abogados las defensas de los procesados. Con ello se convirtió la celebración de tales consejos en un mero ritual formal de escenificación y parodia de lo que debe ser un tribunal que imparte justicia. 

Estandarte de la Legión Cóndor en España

Llegan a España las primeras unidades de la Legión Cóndor en ayuda de los sublevados. A bordo de seis barcos. El grueso de estas fuerzas está compuesto por 100 aviones y unos 3.800 hombres. El contingente de mayor importancia salió el  6 de noviembre de Alemania (Hamburgo) hacia Sevilla, las unidades iniciales de lo que sería conocida como Legión Cóndor, conocida con el nombre en clave de Rügen Winter, a las órdenes del general Von Sperrle y  el coronel Von Richtofen como jefe de Estado Mayor. El envío eran aviones, así como antitanques, antiaéreos, y Carros de combate. En total, la fuerza se componía de unos 3 800 hombres, aumentando esta cifra  poco tiempo después hasta los 5.000. La Legión Cóndor era una unidad revolucionaria, aunque su equipo y armamento eran todavía antiguos; sus aviones volaron inicialmente sin equipos de radio  y las ametralladoras no eran de carga automática. Los bombarderos eran Junkers 52 y los cazas Heinkel 51, aparatos que, eran mucho más pesados y lentos que los aviones rusos que ya empezaba a recibir la Republica, y que en menor número y desmontados llegaban a los puertos de Cartagena, Alicante y Valencia.

El 22 de octubre de 1936, se crean las Brigadas Internacionales con base en Albacete. El 4 de noviembre largo Caballero ordena su traslado a Madrid, con apenas formación y entrenamiento militar, algunos brigadistas apenas realizaron 5 disparos durante su periodo de instrucción. El día 5 por la noche las tropas de la Xl brigada, embarcaron en tren en diversos puntos (Albacete y La Roda), llegando por la mañana a Alcázar de San Juan y de allí fueron trasladadas en camiones hasta Vallecas y Vicálvaro (hoy barrios de Madrid pero en 1936 eran pueblos muy cercanos a la capital), donde quedaron acantonadas dos días, para seguir con la instrucción y terminar de recibir su equipación antes de salir para los frentes de batalla. En Vallecas se acantonaron los batallones Edgar André y Comune de Paris y en Vicalvaro quedó acantonado el batallón Dombrowski. Estas unidades, se componía, en su mayor número, de alemanes checoeslovacos y franceses y, en mínima parte, de rusos, belgas y otras nacionalidades. No superaban los 1700 hombres, La Xl brigada estaba al mando del General Kleber, su nombre realmente era, Manfred Stern, un antiguo oficial  del ejército austrohúngaro de origen ucraniano que participo en la primera guerra mundial.

llegada de las Brigadas Internacionales a Madrid

Proclama radiada al pueblo de Madrid, por el ejército sublevado

(6 noviembre 1936)

AGMAV, CGG, A1, L47, Cp16, F1

(Trascripción íntegra del Documento original)

¡Madrileños!: Madrid va a ser libertado. Tened calma y apartaos de la zona de combate.

Conservad a vuestras familias dentro de vuestras casas, que nuestras disciplinadas y nobles tropas las respetarán y sabrán protegerlas.

Nada temáis de nosotros, sino de los que os engañan diciendo que maltratamos mujeres y niños.

¡Milicianos y obreros de Madrid! Arrojad las armas, libraos de vuestros canallescos dirigentes, que siempre os engañaron y ahora os abandonan.

Sabemos quiénes son los culpables y solamente sobre ellos caerá el peso de la Ley. Un solo grito ha de unirnos: ¡Viva España!

¡Atención, madrileños! Llegadas las fuerzas nacionales a las puertas del corazón de Madrid y rebasados los extremos del Sur del Manzanares, al persistir la resistencia se convierte toda la población en un objetivo militar y en campo de batalla.

En consecuencia, a partir de este momento serán bombardeados todos los objetivos de interés militar, sin ninguna clase de limitaciones, recomendándose a todos los elementos civiles no combatientes, en especial mujeres y niños, que se aparten de los lugares de la lucha como de todos aquellos de concentración de fuerzas o milicias, puestos de mando, centro de transmisiones y comunicaciones o municionamiento, señalándose una zona reservada de especial recomendación a las mujeres, niños, ancianos, extranjeros y demás elementos no combatientes.

Zona comprendida entre la calle de Diego de León, Paseo de la Castellana (en su último trozo), antiguo Hipódromo y Paseo de Ronda Entre el Paseo del Hipódromo y la Guindalera, comprendida la plaza y edificios de los Ministerios, mientras no sea utilizada esta zona por la defensa como objetivo militar.

En la lucha serán respetados (en todo lo posible) los edificios de las Embajadas y los Hospitales cuya situación sea conocida.

Una vez más se recomienda a los madrileños, para reparar grandes e inevitables estragos, que depongan las armas o lleven la lucha fuera de la población.

PARTES DE GUERRA

PARTE FRANQUISTA:

 Ejército del Norte: 7 división. En el frente de Guadarrama y en el pueblo de Fresnedillas hubo una escaramuza en la que se cogieron al enemigo dos ametralladoras y algunos muertos. En el frente de Madrid, nuestras tropas ocuparon el campamento de Retamares, el de Carabanchel, el pueblo de Carabanchel Alto y la estación y pueblo de Villaverde, quedando Madrid dentro del alcance de nuestra artillería. El enemigo fue muy duramente castigado, pues abandonó en nuestro poder más de trescientos muertos y ciento cincuenta prisioneros, entre ellos un teniente coronel, siete oficiales y veinte guardias de asalto. También se cogió al enemigo, durante el combate, bastante material, entre el que se destacan tres tanques rusos, con los que tenemos ya en nuestro poder quince del mismo modelo. División de Soria. En el frente de Sigüenza nuestras columnas ocuparon Mandayona y Mirabueno, quedando dos kilómetros al norte de Almadrones. Actividad de la aviación. Nuestra aviación de caza ha entablado combate con la enemiga, derribándole dos aviones entre Leganés y Madrid.

PARTE REPUBLICANO:

 A las diez de la noche: Frente del centro. En Somosierra, los rebeldes, quebrándose sin duda por el fuerte contraataque de las fuerzas leales habido en el día de ayer, no han disparado un solo tiro contra nuestras posiciones. Por el sector de Madrid sur, las columnas rebeldes continúan su presión desesperada a pesar de la heroica resistencia del ejército republicano. En el día de hoy, nuestra artillería ha cañoneado sin cesar las fuerzas enemigas y dos contraataques de nuestra infantería, neutralizando el avance de las tropas mercenarias fascistas. En la salida, a primera hora de la mañana, una escuadrilla nuestra encontróse, a la altura de Vicálvaro, con tres cazas Fiat que intentaron atacarla inútilmente. La escuadrilla bombardeó una columna de camiones que marchaba por la carretera de Leganés a Carabanchel, así como tres tanques enemigos, a la altura del kilómetro 12, que intentaron ocultarse. Durante el segundo servicio, nuestros aviones, entre las 10.20 y las 11.55, permanecieron sobre Madrid hora y media, sin encontrar aviación enemiga, a la que buscaban para presentarle combate. En otro servicio a última hora de la tarde, fue derribado por nuestros cazas un aparato de bombardeo alemán marca Junker. Las malas condiciones atmosféricas no permitieron una acción más intensa a nuestros aparatos.

NOTAS:

(1) Relato del periodista y escritor Lázaro Somoza Silva