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Tropas franquistas avanzan sobre Carabanchel (Actual General Ricardos) |
8 de noviembre 1936 (domingo)
EL
SANTO Y SEÑA PARA CIRCULAR ESTA NOCHE POR MADRID ES:
Pregunta: Cueste lo que cueste conquistaremos
Respuesta: La libertad
Sin el santo y seña no se puede circular por las noches de Madrid, sin que te detengan.
Respuesta: La libertad
Sin el santo y seña no se puede circular por las noches de Madrid, sin que te detengan.
El
general Franco y el general Mola, hoy salen de sus cuarteles generales y se acercan
a Madrid, creen que están a punto de ocupar la ciudad y quieren ser testigos,
del acontecimiento, se encuentran, en San José de Valderas muy cerca de
Carabanchel.
El
Estado Mayor de Rojo, ya ha estudiado la orden de operaciones de Varela. El
modelo de ataque que Varela plantea le parecía a Rojo una maniobra clásica,
de academia, y admiró su idea, le achacaba la fragilidad y la soberbia que
podía tener si uno de los pasos salía mal.
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Milicianos en el Puente de la Princesa |
En
definitiva, Varela que había preparado el plan de ataque el día 6. Lo preparó para que tres columnas, desplegadas en el ala
izquierda, con la misión principal en el ataque, el de establecer la "base
de partida". Y otras dos que actuarían para atracción, fijación y
diversión del enemigo sobre el curso del Manzanares, entre los puentes de
Segovia y de la Princesa, pero con la orden de no atravesarlo en ningún caso.
El ataque frontal sería en la Casa de Campo, para cruzar el Manzanares entre
los puentes de los Franceses y el de San Fernando penetrar en la Ciudad
Universitaria y el parque del Oeste hasta la base de partida. Dos columnas se
mantendrían cubriendo flancos y retaguardia, mientras dos más quedarían de
reserva a disposición del mando, sin misiones concretas, así como la de
caballería.
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Milicianos republicanos en la Casa de Campo |
A
esta estrategia respondería Rojo, en la madrugada del 7 al 8, con un plan
eficaz. Sus columnas situadas en el centro del dispositivo de defensa y en la
Casa de Campo resistirán a toda costa, pero por ambos flancos del enemigo se contraatacara, obstaculizando su principal movimiento y actuando en forma de
tenaza sobre la cuña en que aquél se presentaba. Rojo pensaba aprovechar dos
circunstancias: la sorpresa del atacante, que ignoraba que los defensores
conocían sus intenciones, y la debilidad del flanco izquierdo enemigo, muy vulnerable
a un ataque en dirección norte-sur, al encomendársele una trayectoria oblicua.
Rojo que no confiaba mucho en unas tropas como las suyas, heterogéneas, bajas
de moral y sin buenos mandos intermedios. No podía reducirse a ofrecer una mera
línea de resistencia a un ataque frontal: "Si el enemigo hacía retroceder
a cualquiera de las unidades recién constituidas. No tendrían tiempo ni medios
para taponar la brecha". Por ello esperaba, "utilizar la reacción
moral que se estaba produciendo entre los combatientes republicanos", para
exigirles resistencia férrea, pero también "para lanzar ataques cuando
fueran posibles".
Lo
cierto es que el plan al que se ajustó toda la batalla, en el mes de noviembre
estaba ya contenido en dos órdenes de operaciones: la de Varela, del 6, y la de
Miaja-Rojo, del 8. Con las correcciones, refuerzos y directrices momentáneas
precisas, Varela obstinado, guiado por
un claro menosprecio hacia sus enemigos, insiste en llevar adelante su plan sin
modificaciones sustanciales.
En
la tarde noche de ayer, en el colegio de guardias jóvenes de Toledo, se formar
una tertulia tardía en la que los hombres comentan los hechos de armas o evocan
a sus familias. La charla se ve interrumpida hoy, por el sonido de una
motocicleta. El conductor trae la orden del general Varela para que el teniente
coronel Bartomeu sustituya a Castejón, que el día anterior fue herido en la
cadera. Bartomeu recibe su nombramiento con alegría y se descorchan unas botellas
para brindar por el éxito de su misión. Luego emprenden el viaje. Hasta las doce
de la noche no dan con el coronel Yagüe, que está en Alcorcón. Pone a Bartomeu
al corriente de su misión: Entrarás por
la puerta de Garabitas a la Casa de Campo para hacerte cargo de tu columna, Mañana
a primera hora te corres a la izquierda y vences la resistencia que hemos encontrado
en Retamares, para lo cual te facilitaré una compañía de carros de asalto. En
cuanto logres el objetivo, le devuelves los carros a Barrón, que está a tu
derecha, y tú prosigues el avance hasta la Ciudad Universitaria, donde pernoctas.
Según los planes de Yagüe, Bartomeu
pernoctará en Cuatro Caminos para bajar por Ríos Rosas y llegar a la
Castellana.
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Franquistas en la Casa de Campo |
La
noche pasa en la Casa de Campo sin que la artillería franquista, vuelva a abrir
fuego contra los ferroviarios que defienden el sector pegado a la carretera de
Extremadura. Los hombres del batallón Ferroviario pasan las horas en el
pabellón de Mayorales, oyendo los rumores del movimiento de fuerzas de los sublevados.
El “runrún” de los carros, los relinchos de los caballos, los gritos de los
moros. Una patrulla se destaca para una tarea de reconocimiento. Pero no
vuelven. Cuando casi está amaneciendo, los del batallón de ferroviarios reciben
un ataque por sorpresa de los regulares de Melilla, sin apoyo de la artillería, no se enteran hasta que casi
están en el pabellón. Todos salen del pabellón donde han pasado la noche para
repeler la agresión. No ven al enemigo, que dispara desde las copas de los
árboles. Se repliegan unos trescientos metros.
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Exhumación de fusilados franquistas en Paracuellos del Jarama al finalizar la guerra, otros miles de republicanos siguen en el año 2016 en las cunetas de toda España |
Esta
Madrugada, también en las afueras de Madrid, pero en el lado opuesto, a más de cuarenta
kilómetros de la Casa de Campo, sigue la violencia. Cientos de presos son
sacados de las cárceles para ser falsamente conducidos a Alcalá. Los han fusilado
en Paracuellos. Cuando llegaron allí, los colocaron juntos con las manos atadas
y una fosa a la espalda. Luego, los milicianos de Etapas dispararon sobre
ellos. Cayeron hacia atrás, los que les disparan forman parte de ese inmenso
coro de odio que anega España, un país donde la vida no vale nada. La de los
demás, desde luego. A veces, como sucede con los que dan la cara en primera
línea, parece que tampoco la propia.
Miaja
y Rojo trabajan, ajenos a las manifestaciones de odio individuales o colectivas,
ajenos a las sacas, sus esfuerzos están dedicados a la ciudad que defienden.
Hay que proveer a las tropas de municiones, mover las unidades para taponar
huecos. De la Sierra llaman a la columna de Etelvino Vega. Líster y Bueno
presionan por el sureste. Galán hace lo que puede por el noroeste. Los dos
bandos están en una situación difícil. Los franquistas, amenazados por los
flancos. Los republicanos, a punto de ceder en algún sector del centro.
Miaja
ordena que se minen los puentes por si es preciso volarlos para cortar el avance
del enemigo.
Varela
estaba furioso. ¿Cómo era posible que el enemigo resistiese tenazmente
precisamente en los puntos en donde sus tropas tenían que haberse abierto paso?
Y su talante no mejoro al enterarse de que más fuerzas republicanas se dirigían
al frente.
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Brigadas internacionales a su paso por Telefónica dirección al frente |
Todos los madrileños oyen el estampido de los cañones que disparan sobre los arrabales del sur, y el de las bombas que caen sobre las defensas pero también sobre el centro. Los que se encuentran está mañana en la plaza de Antón Martín. Son los primeros en ver el desfile de los tres batallones que forman la XI brigada internacional. Los hombres van bien uniformados. Llevan cazadoras de cuero negro, boina azul oscuro, y calzan botas. Las armas que portan a la espalda son todas iguales. Se distingue que cantan La Internacional, aunque en un idioma que no comprenden. Al frente de la brigada, el general Kléber. Un hombre que va a tener un gran protagonismo en la defensa de Madrid durante los siguientes días. Kléber es joven y es un comunista austríaco de gran experiencia militar. Tiene un temperamento brioso, y bastante afán de protagonismo. Esto pronto le causará algunos problemas con el mando militar de la Junta de Defensa. Pero, por el momento, Kléber es, para los madrileños que aplauden a sus tropas en el improvisado homenaje de bienvenida que se forma en el centro de Madrid, el héroe que acude a la llamada de socorro. Marchan en dirección a la Ciudad Universitaria. No se trata de un desfile, sino de una aproximación. No van a lucirse. Van al frente.
Llega
también en apoyo de los republicanos, la 4 brigada mixta. Al mando del
comandante Arellano, las primeras compañías se incorporan al frente de la Casa
de Campo, y se enzarzan en el combate directo con las tropas de las columnas 1 y
3 franquistas. Es un combate “de encuentro”. Casi no hay maniobra entre los
árboles del bosque. Hay un “lío de fuerzas: infiltraciones, desbordamientos,
acciones pequeñas por los flancos y la retaguardia, tanto de las pequeñas
unidades que han logrado penetrar como de los núcleos de resistencia que han
mantenido ésta, a pesar de verse desbordados”. La confusión, es de los que
resisten, pero también de la sorpresa y la desarticulación que sufren los
atacantes por el ataque de flanco que ha hecho la 3ª brigada de Galán.
Los
brigadistas ya habían avanzado hasta la Ciudad Universitaria, a última hora de
la mañana y habían instalado su cuartel general en la Facultad de Filosofía y
Letras, Kléber leyó un mensaje enviado por Rojo a las 14:30. “El enemigo pone
en práctica el plan previsto, Su vanguardia ha entrado en la Casa de Campo.
Proceda a la defensa de la forma convenida la pasada noche”
Los
hombres del batallón Ferroviario, ven
llegar a los brigadistas internacionales, les ven llegar “bien vestidos, bien
armados”. Él cabo que manda a los ferroviarios y los suyos les dejan el hueco
que han defendido en la Casa de Campo. Se saludan con el puño cerrado y emoción
contenida. Su misión es defender de nuevo la estación del Norte. Dejan sus
puestos a los hombres de las chaquetas negras.
En
plena batalla, el trabajo político tampoco puede detenerse. Los acontecimientos
se han precipitado de tal manera que los partidos y los sindicatos apenas han
tenido tiempo para analizar el curso de los hechos y tomar decisiones. Mejor
dicho, han tomado decisiones sin analizar lo suficiente el curso de los hechos.
En la sede del Comité Nacional de la CNT comienza a las diez y media de la
mañana una reunión crucial, que preside el miembro del comité Cardona. Asisten
varios comités locales, además del Comité Nacional de Defensa.
Los
anarquistas están preocupados por la marcha del gobierno y lo que esto ha
supuesto para la defensa. Horacio Prieto, el presidente del Comité Nacional,
asumió, de acuerdo con los recién nombrados ministros, Federica Montseny y Juan
García Oliver, la decisión de acompañar a Largo Caballero en su marcha. Eso ha
ocasionado graves problemas con las bases. Al mismo tiempo, una cierta
sensación de victoria. No pocos anarquistas gritan por las calles el eslogan “Viva
Madrid sin gobierno”.
Pero
lo urgente es hablar de la defensa de la capital y de la coordinación con la recién
creada Junta que preside Miaja. Eduardo Val preside el Comité Regional de
Defensa es, en estos momentos, el hombre
clave de los anarquistas en Madrid. Es él quien informa de cómo está el frente
y quien convence a todos los presentes de la importancia de la creación de la
Junta de Defensa de Madrid. Melchor Rodríguez, que ha sido nombrado director de
Prisiones por la Junta Revolucionaria del Colegio de Abogados, manifiesta. Su firme
oposición a las sacas y ejecuciones de presos, no aparece en el acta. Pero hay
más: González Inestal critica con dureza a Miaja, Pozas y su Estado Mayor, a los que llama
inútiles. Y propone que la CNT convenza al gobierno de Valencia para que se
nombre al anarquista, héroe de Cataluña, Buenaventura Durruti, jefe de la defensa de Madrid.
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Durruti en Madrid |
Poco
después de la aparición de los internacionales, llegan otros anarquistas menos
esperados que los de Durruti: los de Mera, junto con parte de la columna de Del
Rosal. Pasan subidos en camiones, por el paseo de San Vicente, por Puerta de Hierro,
el Manzanares, la Casa de Campo. De momento, van a donde les ha mandado Eduardo
Val, el secretario del Comité de Defensa. El plan de Eduardo Val, autorizado por
el Comité, consiste en darle a Durruti el mando de todas las unidades anarquistas,
que, entusiasmadas por la dirección del héroe, salvarán Madrid.
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Juan García Oliver, Ministro de Justicia |
La
Junta de Defensa se reúne sin que estén presentes todos sus miembros. Algunos
están en el frente. Se comienzan a tomar las riendas de Madrid. Se analizan los
suministros, la situación militar, la evacuación de civiles… y la petición del
POUM y la FAI de estar representados. El estudio de las peticiones se aplaza para mañana. Hay cosas
más urgentes.
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Segundo Serrano Poncela |
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El lujoso Hotel Palace convertido en hospital de sangre |
Vicente
Rojo comprueba que sus hombres han ganado un día más. Está orgulloso de la
mutación que se ha producido entre los milicianos, que ahora ya se van
convirtiendo en soldados. En soldados del ejército popular, decididos por
propia voluntad a cumplir con su deber hasta el fin.
El
bocazas, general Queipo de Llano, que ya anunció hace tres días que hoy se celebraría
un «Te Deum» en la catedral de Madrid, también tiene que apuntarse, desde los micrófonos
de Radio Sevilla, a la teoría de que no hay prisa.
Hoy
la Pasionaria a la vuelta del frente, se dirige a los madrileños desde el
Monumental Cinema: “El pueblo se prepara para comenzar la ofensiva que lleve al
enemigo no a las afueras de Madrid ni a las afueras de Toledo, sino que le
aplaste y haga servir sus restos putrefactos de estiércol para las tierras de
nuestros campesinos… ¡Que la consigna “No pasarán” se transforme en una
realidad y que cada paso que dé el enemigo sea para cavar su propia tumba”.
PARTES OFICIALES DE GUERRA
PARTE FRANQUISTA
Ejército del Norte: 7
división. En el frente de El Escorial se ocupó Navalagamella. En el frente sur de Madrid continuó el progreso constante
de nuestras columnas, venciendo todas las resistencias que el enemigo oponía en
la Casa de Campo, alcanzando los barrios próximos al Manzanares. En el asalto
llevado a cabo al antiguo hospital de Carabanchel, evacuado hace dos días por
los rojos y convertido por ellos en su centro de resistencia, fueron cogidos al
enemigo más de 151 muertos y 150 prisioneros, aparte de los numerosos muertos,
que suman varios centenares, abandonados ante el empuje de nuestras columnas.
En el barrio de Usera fue
cogida al enemigo una magnífica ambulancia inglesa.
PARTE REPUBLICANO
A las once y cuarto de la
noche: Frente del centro. El enemigo ha reducido todos sus ataques de ayer, empleando
intensamente los medios de combate en la parte sur del sector de Madrid.
Nuestras columnas, después de perder algunas de sus posiciones, consiguieron
recuperarlas al anochecer. En la parte suroeste de este sector, los ataques
facciosos fueron totalmente rechazados con grandes pérdidas para el adversario.
La aviación fascista ha pasado sobre la capital a primera hora de la tarde, lanzando
algunas bombas y desapareciendo rápidamente al ver que llegaban nuestras
escuadrillas de caza.
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