miércoles, 20 de julio de 2016

20 DE JULIO


Sanjurjo se despide de su esposa y amigos, antes de regresar a España para hacerse cargo del golpe de estado
20 DE JULIO (lunes)

*Mola era el cerebro militar, junto con Francisco Franco. Pero el personaje clave en la sublevación era el general Sanjurjo, quien ya había fracasado en un intento de golpe de Estado en el año 1932 y que estaba exiliado en Portugal. Sin embargo, los hechos se torcieron y quien iba a ser el jefe político del levantamiento, murió en un accidente de aviación cuando regresaba a España para ponerse al mando de la sublevación.

Avión de Sanjurjo siniestrado

Un avión encargado de trasladar al general, a Gamonal (Burgos) desde el aeropuerto de Santa Cruz, en Lisboa. Pilotado por, Juan Ansaldo que contempla cómo la comitiva del general se dirige hacia el aparato y ve alarmado cómo uno de los asistentes de aquél arrastra a duras penas una maleta. Ansaldo dice que la maleta no puede subir porque tendrían sobrepeso la avioneta va cargada a tope de combustible y la pista de despegue es demasiado corta finalizando en un pequeño bosque. El asistente se enfada e increpa a Ansaldo diciendo que la maleta contiene condecoraciones y uniformes de gala de Sanjurjo, uniformes que tendrá que usar para la entrada triunfal en Madrid. No iba a ir el general sin sus uniformes de gala en una ocasión tan importante… ¡faltaría más!.

 
Almería, bombardeada
*Almería, coronel  Juan Huertas Topete, auxiliado por el comandante  Toribio Crespo Puerta y con el apoyo de la mayoría de los jefes y oficiales, procedió a declarar el estado de guerra, deteniendo a los militares adictos al Gobierno, ocuparon la Casa del Pueblo y  el edificio del Gobierno Civil, pero la llegada de milicianos de Granada, la respuesta de los trabajadores junto la arribada al puerto del destructor Lepanto procedente de Cartagena, y que amenazó con bombardear la ciudad si  no deponían las armas, hicieron fracasar el levantamiento, entregándose  los militares sublevados a las autoridades de la República.

Campesinos alzados en armas para defender la República 

*La Coruña, el alzamiento ocurrió  el día 20 de julio de 1936. el general Mola telefoneó al jefe de la VIII División Orgánica, general Enrique de Salcedo Molinuevo, para que se sumase a la sublevación, pero éste, ya había sido convencido por el general Rogelio Caridad Pita fiel a la República, que optó por abstenerse de toda actuación,  detenido el general Salcedo por su jefe de Estado Mayor, coronel Luis Tovar Figueras, haciéndose cargo de la división el coronel  Enrique Cánovas Lacruz, asumiendo la máxima autoridad como mando de mayor antigüedad entre los alzados. Al grito de ¡Viva la República! y a los sones del himno de Riego, proclamó el estado de guerra, y  procedió a ocupar la ciudad. El gobernador civil Francisco Pérez Carballo,  militante de Izquierda Republicana, secundado por un grupo de guardias de asalto y otro de guardias civiles, se hizo fuerte en el edificio del Gobierno Civil, donde resistiría dos días, al final no tuvo más remedio que rendirse a los sublevados, los falangistas sublevados por Manuel Hedilla Larrey, ocuparon la ciudad.

El comandante Rafael Ortiz de Zárate López 

*Guadalajara, el coronel de Ingenieros Francisco Delgado Jiménez, hasta bien entrado el día 20, adoptó una actitud cautelosa, esperando que una columna procedente de Pamplona les asegurarse el  golpe. Ante el fracaso de la sublevación en Alcalá de Henares y la falta de noticias de columna de Pamplona, los oficiales decidieron lanzarse a la calle, ocupando la casa consistorial y el Gobierno Civil, con fuerzas de la Guardia Civil y de Seguridad. El comandante Rafael Ortiz de Zárate López y algunos soldados ocuparon la prisión y dejaron en libertad a los militares detenidos incluidos los generales González de Lara y Barrera, el contralmirante Fontela y el teniente coronel Loscertales. Al llegar la noticia a Madrid de que Guadalajara se había sublevado, salió una columna al mando del coronel Puigdengolas para recuperar la ciudad. Camiones requisados por la CNT y la UGT, entraron en Guadalajara. El día 22, el Gobierno que dispone de varios centenares  de hombres, en su mayoría milicianos se enfrentaron a los alzados. Los alzados son unos 100 militares, 150 guardias civiles y doscientos falangistas, los cuales resistieron en el puente sobre el río Henares, prolongandose la resistencia durante algunas horas. El último foco estaba en el cuartel de Aerostación. el comandante Ortiz de Zárate, es ejecutado junto a varios oficiales más las milicias se incautan del palacio del duque del Infantado y del de Romanones e instalan sus cuarteles.

 Barricada a la Rambla Farran de Lérida 

*Lérida, el coronel Rafael Sanz Gracia, estaba comprometido con los sublevados. El general Cabanellas le ordena sacar las fuerzas a las 9 de la mañana del 20 de julio de 1936, declarando el estado de guerra. No obstante, el fracaso del alzamiento en Barcelona. El coronel se entregó sin resistencia. Detenido por milicianos de CNT, FAI y POUM y posteriormente fusilados todos los sublevados.

*Murcia, el coronel Jorge Cabanyes Mata, el cual, no estaba comprometido en la sublevación. Los oficiales que simpatizaban con el alzamiento, al carecer de un líder, decidieron esperar, hasta que el 21 de julio fueron detenidos por resistirse a obedecer las órdenes  que desde Cartagena le dictaba el general Toribio Martínez Cabrera, que le ordenó que el  regimiento de Artillería se dirigiese a Albacete, con el fin de evitar la sublevación armada alli. Sin otros incidentes, Murcia quedó en poder de la República.

comandante José Ceano Vivas Sabán

*Ourense, el comandante José Ceano Vivas Sabán con las fuerzas de un batallón del Regimiento de Infantería nº 12, de guarnición en Ourense, que fueron autorizadas por el teniente coronel  Luis Soto Rodríguez, comandante de la plaza, declararon el estado de guerra, quedando la ciudad en poder de los sublevados.

*Pontevedra, El Regimiento de Artillería Ligera nº 15 con sede en Pontevedra, hasta el día 20 de julio, se mantiene en una en duda y en espera de acontecimientos, pero el alzamiento de la Guardia Civil en la tarde del 20, por orden del general José Iglesias Martínez, se declara el estado de guerra procediendo a detener a las autoridades civiles, que no presentan resistencia.

Coronel Moscardó, Varela y Franco en el Alcázar

*Toledo,  el coronel José Moscardó Ituarte que era el comandante de las fuerzas de la ciudad imperial  y dirigía la Escuela Central de Gimnasia. En ésta capital se encontraba la Academia de Infantería, Caballería e Intendencia, la Fábrica Nacional de Armas. La mayor parte del personal se hallaba disfrutando de las vacaciones de verano, no pasarían de 250 hombres entre jefes, oficiales, y tropa, los que podían sublevarse. Las fuerzas de Orden Público compuestas de dos compañías de la Guardia Civil, una compañía de la Guardia de Asalto, el general Moscardó que se hallaba en Madrid en el edificio de la I División Orgánica, se enteró de la sublevación de las tropas de África y decidió regresar  a Toledo. Una vez allí, dispuso el acuartelamiento de las fuerza con las que contaba así como la concentración de la Guardia Civil. Tras algunos incidentes, provocados por elementos que dispararon, causando tres heridos graves, la situación se tensó, lo que provocó a la población a refugiarse en sus casas.El coronel Moscardó recibió una llamada del Ministerio de la Guerra, ordenándole que procediera a entregar toda la munición de fusil depositada en la Fábrica Nacional de Armas. Moscardó se negó al requerimiento y contesto que se le dé por escrito la orden de tal entrega. El gobernador exigió la entrega no sólo de la munición sino también las armas que existían en la Academia Militar y las que posea la Guardia Civil, el coronel vuelve a negarse. Por la noche le telefonea el teniente coronel Juan Hernández Saravia, con idéntico propósito, negándose también, por último, hace otro intento el general de división José Riquelme, pero Moscardó no rectifica su actitud. El  general Sebastián Pozas Perea, ministro de la Gobernación, le ordena que preste la ayuda que sea necesaria al director de la Fábrica para el envío a Madrid de la referida munición, a lo que Moscardó responde que no,  ya que según dice, no dispone de camiones con los que transportarlas.
Valencia, cuartel de caballería de la alameda

*Valencia, ciudad cabecera de la III División Orgánica. Al frente de todas las fuerzas figuraba el general Fernando Martínez de Monge Restoy y a sus órdenes el general Mariano Gamir Ulibarri, el general Eduardo de Cabaña del Val y el jefe de la Guardia Civil el general Luis Grijalvo Celaya. Ninguno de estos generales estaba comprometido con el alzamiento. Sin embargo había un grupo de jefes y oficiales que estaban dispuestos a sublevarse contra el Gobierno. Se hallaba en Valencia el comandante de Estado Mayor Bartolomé Barba Hernández, fundador de la UME (Unión Militar Española) esperando la llegada del general Manuel González Carrasco, que era el encargado de dar el golpe, pero llegado el momento éste general perdió mucho tiempo en decidirse. Nadie se atrevía a dar el primer paso y el tiempo corre en contra de los conspiradores. El día 19 por la tarde recibieron la noticia de la rendición del general Goded en Barcelona que sirvió para disuadir a los comprometidos. Llegan a Valencia millares de campesinos, tanto para recibir órdenes como armas. Un gran contingente de civiles armados se reparten por la ciudad. La  llamada Junta Delegada de Levante, a cuyo frente aparece el presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio, comienza a requerir la adhesión de las autoridades militares de Valencia al Gobierno.
 
Cuartel de la Montaña, Madrid
*Madrid, todo son rumores y confusión. Nadie puede afirmar nada. Concretar nada. Sólo se sabe que aquello que se esperaba está a punto de producirse.

 Al amanecer el 20 de julio, Madrid es un campo de batalla.  Los trabajadores acuden a los lugares de lucha siguiendo el llamamiento de los sindicatos; se han convertido en milicianos. El primer centro de atención en estas horas es el cuartel de la Montaña, donde los sublevados disparan sobre el pueblo. UGT y CNT han olvidado las diferencias. Todos corean UHP.
(Eduardo de Guzmán)
 
Interior del cuartel de la Montaña, Madrid
Madrid, las fuerzas militares de la capital de la República eran el contingente más numeroso del ejército español. Era la provincia que más interesaba sumar a los militares que dirigían la sublevación, junto con Barcelona eran los puntos más complicados para alcanzar  la sublevación. Como ya lo contemplaba el general Mola en sus ‘Instrucciones reservadas’. Cerca de 7.000 hombres estaban a las órdenes del general de brigada José Miaja Menant, que se hallaba al frente de la 1ª División Orgánica. A estas fuerzas había que sumar unos 2.500 guardias civiles y 4.000 guardias de Asalto. el Gobierno, estaba informado de lo que estaba ocurriendo, pero no le daba mucha importancia, confiando que llegado el caso con sólo la Guardia de Asalto podía parar la intentona.
Todo el mundo conoce ya la insurrección militar en África, pero el Gobierno guarda silencio, pero no tiene más remedio que actuar y salir al paso de los rumores que hay en la calle y a través de Unión Radio. “El Gobierno declara que el movimiento está exclusivamente circunscrito a la Zona del Protectorado y que nadie, absolutamente nadie, se ha sumado en la Península.” La tensión cada vez es mayor y el general Sebastián Pozas Perea, inspector General de la Guardia Civil, pide a sus fuerzas el más estricto cumplimiento del deber. El presidente del Consejo de Ministros que además desempeña la cartera de Guerra, sigue quitando importancia a lo que está ocurriendo en Marruecos. Dada la gravedad de la situación, el general José Riquelme y López Bago, advierte al presidente del Gobierno de la conveniencia de crear batallones de voluntarios facilitados por los partidos políticos y las organizaciones sindicales del Frente Popular para hacer frente a los sublevados, a lo que no acepta el presidente, argumenta que “que una vez que aplasten la rebelión de los militares, se volverán contra nosotros, y desencadenaran la revolución en la calle organizada inconscientemente por nosotros mismos”.
 
Preparación del asalto al cuartel de la Montaña, Madrid
*Ante la pasividad, el silencio y las falsas noticias difundidas por el Gobierno, la situación se vuelve más grave cada minuto que pasa. Casares no ve otra solución que presentar la dimisión que es aceptada por el Presidente de la República,  el cual encarga a Diego Martínez Barrio que forme un nuevo Gobierno. La elección del jefe de Unión Republicana, no parece acertada, pues Martínez Barrio no le gusta a nadie: no convence a los moderados por ser radical, y no convence a los izquierdistas por ser de los moderados del Frente Popular. Las centrales sindicales se sienten traicionadas: UGT y CNT gritan por el fulminante cese de Martínez Barrio: ¡Todo menos negociar con los golpistas! Las centrales piensan que el nuevo Gobierno quiere mediar, invadiendo masivamente a la calle. Horas después, sin que los nuevos ministros  hayan tomado posesión de sus cargos, Martínez Barrio presenta la dimisión. Es nombrado José Giral, que era ministro de Marina con Casares Quiroga. La primera medida que toma es armar al pueblo. La voz de la Pasionaria resuena por Unión Radio: “Trabajadores, antifascistas, pueblo laborioso: ¡todos en pie dispuestos a defender la República, las libertades populares y las conquistas democráticas del pueblo!. Es el cuartel de la Montaña, donde se alojan un regimiento de Infantería, otro de Zapadores Minadores y un grupo de Alumbrado e Iluminación, mandados por el general Fanjul, que estaba completamente de acuerdo con la conspiración. Al amanecer del día 20, se concentran en los alrededores miles de afiliados a los partidos de izquierda y las centrales sindicales, que junto a otros madrileños que quieren defender la República, se producen violentos ataques que son contestados con fuego de ametralladoras por los sitiados, se inicia un cañoneo procedente de tres piezas de artillería que los sitiadores habían conseguido en el cuartel de Pacífico, horas después  sus sitiadores toman el cuartel. En el patio del acuartelamiento quedan innumerables cadáveres.

Puerta del Angel, Madrid preparando la defensa

En Madrid no solo se combate en la montaña, son cientos de madrileños los que se dirigen a los cuarteles de campamento, allí se producen también combates hasta la rendición de los militares sublevados, se sitian otros acuartelamientos como el de Vicalvaro, donde las tropas  que se disponían a secundar el golpe, terminan uniéndose a los sitiadores, todos los cuarteles de Madrid quedan en poder del gobierno de la República, a excepción del Regimiento de transmisiones del Pardo, estos se sublevan y huyen hacia la sierra, intentando contactar con las columnas de sublevados que tratan de llegar a Madrid. La ciudad se llena de vehículos requisados que exhiben en sus portezuelas y en el techo, pintadas las iniciales de las diversas organizaciones del Frente Popular: UHP, UGT, CNT-FAI. Por las ventanillas de estos vehículos asoman los fusiles que se han podido conseguir en los asaltos a los cuarteles, los ciudadanos ayudados por la Guardia Civil y las de Asalto han derrotado a los sublevados en Madrid y Barcelona, las dos capitales más importantes del país, están en manos gubernamentales la situación estaba bien clara: los militares habían perdido la partida.


Para una lectura más detallada, les aconsejamos el Blog. SOL Y MOSCAS, uno de los mejores narradores de lo ocurrido, esos días en Madrid
http://florentinoareneros.blogspot.com.es/2011/07/tres-dias-de-julio-i.html


*En realidad, los días 18, 19 y 20 de julio de 1936 fueron frenéticos en toda España. Probablemente nunca en la historia se había concentrado más tensión y actividad en todo el territorio nacional al mismo tiempo. Los acontecimientos de Barcelona y Madrid centraron el éxito de la defensa republicana, mientras que los de Navarra, las islas, Sevilla y la actual Castilla y León supusieron el apuntalamiento de los militares rebeldes; fueron la catapulta que transformó el golpe en guerra.

LA GUERRA HA COMENZADO

Columna Durruti, cataluña

*En Madrid, Barcelona, Asturias y otras ciudades, bajo control gubernamental, se organizan columnas de milicianos y militares afines a la República, para frenar el avance de los sublevados y establecer los frentes de guerra.

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ACTUALIDAD
AHORA, Madrid 21/07/1936

EN BREVES HORAS EL GOBIERNO YUGULA LA SUBLEVACIÓN MILITAR


El cuartel de la Montaña, tomado a viva fuerza tras un combate de tres horas
LOS GENERALES FANJUL Y GODED, JEFES DE LA REBELDÍA EN MADRID Y BARCELONA RESPECTIVAMENTE, EN PODER DE LAS AUTORIDADES EN EL CUARTEL DE CARABANCHEL FUE HALLADO MUERTO EL GENERAL GARCÍA DE LA HERRÁN

A.B.C., Sevilla 22/07/1936


Por la salvación de España

Guerra a muerte entre la Rusia roja y la España sagrada

LA VOZ, Madrid 21/7/1936


El pueblo de Madrid vigila y trabaja
 Todos los servicios están perfectamente atendidos y la ciudad ha recobrado su aspecto ordinario  

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