domingo, 5 de febrero de 2017

La batalla del Jarama, 6 de febrero 1937

 El JARAMA FEBRERO 1937

                             Hay un valle en España llamado Jarama.
Es un lugar que conocemos demasiado bien,
Porque allí derrochamos nuestra juventud
Y también buena parte de nuestra vejez

Carga de la caballería fascista

Los observadores republicanos, durante la noche anterior y la Mañana se percatan del aumento de movimientos en varios sectores, sobre todo el producido entre Getafe Pinto y Leganés, al que se suma el movimiento en la zona de Carabanchel  que se abre hacia la Marañosa. Los fascistas están aproximando sus fuerzas.

La orden de operaciones para la primera fase tendrá como objetivo tomar la meseta que ocupa el amplio espacio entre el espolón de Rivas y Ciempozuelos; para ello, las fuerzas seguirán tres direcciones: la primera desde Cabeza Fuerte continuando por la Marañosa hasta alcanzar el vértice Coberteras, se avanzará apoyándose en la cordillera montañosa que desde Pinto llega al citado vértice y sería llevado a cabo por la Brigada de Rada, la segunda, seria en dirección a Casa Gozquez y sería llevada a cabo por la Brigada Barrón acompañada por la caballería de Cebollino; la tercera, en dirección a San Martín de la Vega, implicaba el dominio de los Vértices Mesa, Telégrafo y Valdecabas, que serían ocupados después de ser rebasados por el norte y el sur; este ataque seria realizado por la Brigada Asensio.

Cuando los franquistas iniciaron el ataque los republicanos se convencen de que ha comenzado la gran ofensiva. No es ninguna sorpresa, evidentemente era lo esperado y además no descartaban la posterior explotación del éxito si podían parar el primer golpe para posteriormente lanzar su ofensiva sobre las fuerzas fascistas ya  desgastadas. Lo que los republicanos siguen sin saber cuál será desde el primer momento la dirección en que se va a realizar el intento de envolvimiento; refuerzan y agrupan las tropas en una dirección que para nada será la correcta, no prestando demasiada atención a otras posiciones que los sublevados conquistaran sin excesivos problemas en un principio y con grandes esfuerzos después, cuando ya los republicanos entiendan las bases en las que el enemigo ha planteado la maniobra. Pero es el asalto a una pequeña localidad cerca de Titulcia, Ciempozuelos, y su conquista por parte de la Brigada del coronel Francisco García Escámez la que vendrá a trastocar y confundir al Estado Mayor Republicano.
Unidades africanas

La Brigada de García Escámez avanza reforzada con la lll compañía de carros del capitán Diez de la Lastra, que va seguida por la infantería. El rápido ataque desconcierta y arroya las defensas de la 18 Brigada Mixta que ha sido inexplicablemente  sorprendida. Tras el primer intento las débiles posiciones van cediendo por falta de apoyo aéreo y artillero; la 18 resulta aplastada, hasta el extremo que el mismo jefe de la unidad, el teniente coronel Sánchez-Monje pierde el control de su fuerza y huye sin justificación abandonando a sus hombres; apenas nada pueden hacer los pocos que capaces de sobreponerse a la sorpresa inicial y a las órdenes del mayor de milicias y jefe del primer batallón Francisco Carro, se mantienen resistiendo en tormo a Ciempozuelos durante varios días, intentaran recuperar las posiciones perdidas en un desesperado contraataque que será rechazado con la practica aniquilación de los batallones primero y tercero. (Recordemos que los otros dos batallones de la 18 se encuentran en Aranjuez reforzando la Cuesta de la Reyna). Al terminar el día queda ocupado definitivamente el pueblo, quedando algunos grupos de milicianos en la margen derecha del Jarama, al suroeste de la población, pero el desconcierto  es tal que el Estado Mayor republicano creerá que aún sigue en su poder, incluso al final del día seguirá creyéndolo. El desastre es total. Los informes fascistas cuentan en mil trescientas las bajas de la 18 brigada  que han quedado tendidas en el campo.
El Tebib Arrumi con Franco

El Tebib Arrumi, cronista que sigue a las tropas franquistas y que luego sería el abuelo del alcalde de Madrid y ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, escribió:

“Con nuestros propios ojos hemos contado, en un trincheron de Ciempozuelos que no media más de sesenta metros de largo, hasta¡¡¡ doscientos diez cadáveres!!! Todos ellos sucumbidos por la metralla se la artillera o de la aviación”.

En la documentación franquista no figuran prisioneros las ordenes eran “no hacer prisioneros”, todos los muertos en la localidad lo fueron en las propias trincheras, una vez asaltadas, y en las propias trincheras fueron sepultados.
En la estación de tren se cogió un “convoy completo formado por once vagones; cinco de ellos contenían carne enlatada de marca francesa, y tres cargados de botes de leche condesada de a kilo, con la etiqueta redactada en español explicando que su procedencia es rusa, de Odessa, también contenía armamento, más de seiscientos fusiles nuevos sin estrenar y su dotación de munición igualmente se cogieron dos piezas de artillería antiaérea sin estrenar cañones, morteros” y lo más importante, a la 18 brigada, se le cogieron, más de trescientos planos de la zona editados por el Instituto Geográfico, un botín muy importante para los sublevados que no disponían de cartografía.
Brigada Mixta en Morata de Tajuña

Sáez de Buruaga progresando con su segunda Brigada por el centro, llega hasta Gozquez de Arriba y es frenado delante de San Martín de la Vega. La Brigada de Asensio, en el flanco derecho, llega desde Valdemoro hasta los vértices Telégrafo y Valdecaba. La Brigada de Barrón queda en reserva en la localidad de Pinto. Las tropas de Franco han ocupado los extremos del avance con Ciempozuelos al Sur y la Marañosa al norte apoderándose de las alturas más importantes. Lo que resulta verdaderamente increíble es que los republicanos no hayan fortificado antes estas posiciones. Al finalizar el día, dos brigadas republicanas  las 18 y 19 han quedado diezmadas. Pero el avance franquista continúa sin descanso. Las unidades republicanas, luchan contra la confusión propia de los primeros momentos, como pueden, sin darse un respiro y sin saber dónde está realmente el enemigo, se van aproximando al frente.

Julián Zugazagoitia escribiría:

“Salimos a la buena de Dios- me contaba un viejo carabinero, comandante de uno de los batallones-, sin rumbo preciso y con un humor sombrío. Temía por mis hombres, que, confiados, se dejaban conducir. Habíamos trabajado en la Casa de Campo y nos dispensábamos mutua confianza. Del mismo modo que yo creía en ellos, ellos creían en mí. Pero esa noche, sin ninguna razón, porque yo no sabía dónde iba, cuando estuve fuera del pueblo tome mis medidas y di órdenes a mis capitanes. Cautela y silencio. La experiencia del pirineo, acechando contrabandistas, me podía servir de mucho. Me puse a la cabeza de una avanzadilla y fuimos caminando con sigilo, aguzando los oídos y dispuestas las armas”.
Brigadistas Internacionales en el puente de Arganda

Al finalizar la tarde  prácticamente los sublevados habían alcanzado sus objetivos. Ocupada la Marañosa, su vértice la fábrica de gases y las alturas que lo dominan. Los republicanos en esa zona próxima al vértice Coberteras dominan las cotas 634, 659, 650, 648, y 657 situadas al sur y sudoeste de la casa de la Aldehuela.


Los republicanos no han conseguido parar el primer envite, el día ha sido un paseo para las fuerzas de Franco.

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