martes, 8 de noviembre de 2016

8 DE NOVIEMBRE, LA BATALLA DE MADRID


Tropas franquistas avanzan sobre Carabanchel (Actual General Ricardos)

8 de noviembre 1936 (domingo)


EL SANTO Y SEÑA PARA CIRCULAR ESTA NOCHE POR MADRID ES:

Pregunta: Cueste lo que cueste conquistaremos
Respuesta: La libertad 

Sin el santo y seña no se puede circular por las noches de Madrid, sin que te detengan.


El general Franco y el general Mola, hoy salen de sus cuarteles generales y se acercan a Madrid, creen que están a punto de ocupar la ciudad y quieren ser testigos, del acontecimiento, se encuentran, en San José de Valderas muy cerca de Carabanchel.

El Estado Mayor de Rojo, ya ha estudiado la orden de operaciones de Varela. El modelo de ataque que Varela plantea le parecía a Rojo una maniobra clásica, de academia, y admiró su idea, le achacaba la fragilidad y la soberbia que podía tener si uno de los pasos salía mal.
Milicianos en el Puente de la Princesa

En definitiva, Varela que había preparado el plan de ataque el día 6. Lo  preparó para  que tres columnas, desplegadas en el ala izquierda, con la misión principal en el ataque, el de establecer la "base de partida". Y otras dos que actuarían para atracción, fijación y diversión del enemigo sobre el curso del Manzanares, entre los puentes de Segovia y de la Princesa, pero con la orden de no atravesarlo en ningún caso. El ataque frontal sería en la Casa de Campo, para cruzar el Manzanares entre los puentes de los Franceses y el de San Fernando penetrar en la Ciudad Universitaria y el parque del Oeste hasta la base de partida. Dos columnas se mantendrían cubriendo flancos y retaguardia, mientras dos más quedarían de reserva a disposición del mando, sin misiones concretas, así como la de caballería.


Milicianos republicanos en la Casa de Campo

A esta estrategia respondería Rojo, en la madrugada del 7 al 8, con un plan eficaz. Sus columnas situadas en el centro del dispositivo de defensa y en la Casa de Campo resistirán a toda costa, pero por ambos flancos del enemigo se contraatacara, obstaculizando su principal movimiento y actuando en forma de tenaza sobre la cuña en que aquél se presentaba. Rojo pensaba aprovechar dos circunstancias: la sorpresa del atacante, que ignoraba que los defensores conocían sus intenciones, y la debilidad del flanco izquierdo enemigo, muy vulnerable a un ataque en dirección norte-sur, al encomendársele una trayectoria oblicua. Rojo que no confiaba mucho en unas tropas como las suyas, heterogéneas, bajas de moral y sin buenos mandos intermedios. No podía reducirse a ofrecer una mera línea de resistencia a un ataque frontal: "Si el enemigo hacía retroceder a cualquiera de las unidades recién constituidas. No tendrían tiempo ni medios para taponar la brecha". Por ello esperaba, "utilizar la reacción moral que se estaba produciendo entre los combatientes republicanos", para exigirles resistencia férrea, pero también "para lanzar ataques cuando fueran posibles".
Lo cierto es que el plan al que se ajustó toda la batalla, en el mes de noviembre estaba ya contenido en dos órdenes de operaciones: la de Varela, del 6, y la de Miaja-Rojo, del 8. Con las correcciones, refuerzos y directrices momentáneas precisas, Varela  obstinado, guiado por un claro menosprecio hacia sus enemigos, insiste en llevar adelante su plan sin modificaciones sustanciales.


Franquistas en la Casa de Campo
En la tarde noche de ayer, en el colegio de guardias jóvenes de Toledo, se formar una tertulia tardía en la que los hombres comentan los hechos de armas o evocan a sus familias. La charla se ve interrumpida hoy, por el sonido de una motocicleta. El conductor trae la orden del general Varela para que el teniente coronel Bartomeu sustituya a Castejón, que el día anterior fue herido en la cadera. Bartomeu recibe su nombramiento con alegría y se descorchan unas botellas para brindar por el éxito de su misión. Luego emprenden el viaje. Hasta las doce de la noche no dan con el coronel Yagüe, que está en Alcorcón. Pone a Bartomeu al corriente de su misión:  Entrarás por la puerta de Garabitas a la Casa de Campo para hacerte cargo de tu columna, Mañana a primera hora te corres a la izquierda y vences la resistencia que hemos encontrado en Retamares, para lo cual te facilitaré una compañía de carros de asalto. En cuanto logres el objetivo, le devuelves los carros a Barrón, que está a tu derecha, y tú prosigues el avance hasta la Ciudad Universitaria, donde pernoctas. Según los planes de Yagüe,  Bartomeu pernoctará en Cuatro Caminos para bajar por Ríos Rosas y llegar a la Castellana.
 
Observación artillería franquista en la Casa de Campo

La noche pasa en la Casa de Campo sin que la artillería franquista, vuelva a abrir fuego contra los ferroviarios que defienden el sector pegado a la carretera de Extremadura. Los hombres del batallón Ferroviario pasan las horas en el pabellón de Mayorales, oyendo los rumores del movimiento de fuerzas de los sublevados. El “runrún” de los carros, los relinchos de los caballos, los gritos de los moros. Una patrulla se destaca para una tarea de reconocimiento. Pero no vuelven. Cuando casi está amaneciendo, los del batallón de ferroviarios reciben un ataque por sorpresa  de los regulares de Melilla, sin apoyo de la artillería, no se enteran hasta que casi están en el pabellón. Todos salen del pabellón donde han pasado la noche para repeler la agresión. No ven al enemigo, que dispara desde las copas de los árboles. Se repliegan unos trescientos metros.

 
Exhumación de fusilados franquistas en Paracuellos del Jarama al finalizar la guerra, otros miles de republicanos  siguen en el año 2016 en las cunetas de toda España

Esta Madrugada, también en las afueras de Madrid, pero en el lado opuesto, a más de cuarenta kilómetros de la Casa de Campo, sigue la violencia. Cientos de presos son sacados de las cárceles para ser falsamente conducidos a Alcalá. Los han fusilado en Paracuellos. Cuando llegaron allí, los colocaron juntos con las manos atadas y una fosa a la espalda. Luego, los milicianos de Etapas dispararon sobre ellos. Cayeron hacia atrás, los que les disparan forman parte de ese inmenso coro de odio que anega España, un país donde la vida no vale nada. La de los demás, desde luego. A veces, como sucede con los que dan la cara en primera línea, parece que tampoco la propia.

El comandante de milicia Etelvino vega se incorpora con la columna Cercedilla

Miaja y Rojo trabajan, ajenos a las manifestaciones de odio individuales o colectivas, ajenos a las sacas, sus esfuerzos están dedicados a la ciudad que defienden. Hay que proveer a las tropas de municiones, mover las unidades para taponar huecos. De la Sierra llaman a la columna de Etelvino Vega. Líster y Bueno presionan por el sureste. Galán hace lo que puede por el noroeste. Los dos bandos están en una situación difícil. Los franquistas, amenazados por los flancos. Los republicanos, a punto de ceder en algún sector del centro.

Miaja ordena que se minen los puentes por si es preciso volarlos para cortar el avance del enemigo.

Varela estaba furioso. ¿Cómo era posible que el enemigo resistiese tenazmente precisamente en los puntos en donde sus tropas tenían que haberse abierto paso? Y su talante no mejoro al enterarse de que más fuerzas republicanas se dirigían al frente.

Brigadas internacionales a su paso por Telefónica dirección al frente

Todos los madrileños oyen el estampido de los cañones que disparan sobre los arrabales del sur, y el de las bombas que caen sobre las defensas pero también sobre el centro. Los que se encuentran está  mañana en la plaza de Antón Martín. Son los primeros en ver el desfile de los tres batallones que forman la XI brigada internacional. Los hombres van bien uniformados. Llevan cazadoras de cuero negro, boina azul oscuro, y calzan botas. Las armas que portan a la espalda son todas iguales. Se distingue que cantan La Internacional, aunque en un idioma que no comprenden. Al frente de la brigada, el general Kléber. Un hombre que va a tener un gran protagonismo en la defensa de Madrid durante los siguientes días. Kléber es joven y es un comunista austríaco de gran experiencia militar. Tiene un temperamento brioso, y bastante afán de protagonismo. Esto pronto le causará algunos problemas con el mando militar de la Junta de Defensa. Pero, por el momento, Kléber es, para los madrileños que aplauden a sus tropas en el improvisado homenaje de bienvenida que se forma en el centro de Madrid, el héroe que acude a la llamada de socorro. Marchan en  dirección a la Ciudad Universitaria. No se trata de un desfile, sino de una aproximación. No van a lucirse. Van al frente.


Llega también en apoyo de los republicanos, la 4 brigada mixta. Al mando del comandante Arellano, las primeras compañías se incorporan al frente de la Casa de Campo, y se enzarzan en el combate directo con las tropas de las columnas 1 y 3 franquistas. Es un combate “de encuentro”. Casi no hay maniobra entre los árboles del bosque. Hay un “lío de fuerzas: infiltraciones, desbordamientos, acciones pequeñas por los flancos y la retaguardia, tanto de las pequeñas unidades que han logrado penetrar como de los núcleos de resistencia que han mantenido ésta, a pesar de verse desbordados”. La confusión, es de los que resisten, pero también de la sorpresa y la desarticulación que sufren los atacantes por el ataque de flanco que ha hecho la 3ª brigada de Galán.

Ciudad universitaria, facultad de filosofía y letras

Los brigadistas ya habían avanzado hasta la Ciudad Universitaria, a última hora de la mañana y habían instalado su cuartel general en la Facultad de Filosofía y Letras, Kléber leyó un mensaje enviado por Rojo a las 14:30. “El enemigo pone en práctica el plan previsto, Su vanguardia ha entrado en la Casa de Campo. Proceda a la defensa de la forma convenida la pasada noche”
Batallón Ferroviario en la Estación del Norte

Los hombres del  batallón Ferroviario, ven llegar a los brigadistas internacionales, les ven llegar “bien vestidos, bien armados”. Él cabo que manda a los ferroviarios y los suyos les dejan el hueco que han defendido en la Casa de Campo. Se saludan con el puño cerrado y emoción contenida. Su misión es defender de nuevo la estación del Norte. Dejan sus puestos a los hombres de las chaquetas negras.


En plena batalla, el trabajo político tampoco puede detenerse. Los acontecimientos se han precipitado de tal manera que los partidos y los sindicatos apenas han tenido tiempo para analizar el curso de los hechos y tomar decisiones. Mejor dicho, han tomado decisiones sin analizar lo suficiente el curso de los hechos. En la sede del Comité Nacional de la CNT comienza a las diez y media de la mañana una reunión crucial, que preside el miembro del comité Cardona. Asisten varios comités locales, además del Comité Nacional de Defensa.

Los anarquistas están preocupados por la marcha del gobierno y lo que esto ha supuesto para la defensa. Horacio Prieto, el presidente del Comité Nacional, asumió, de acuerdo con los recién nombrados ministros, Federica Montseny y Juan García Oliver, la decisión de acompañar a Largo Caballero en su marcha. Eso ha ocasionado graves problemas con las bases. Al mismo tiempo, una cierta sensación de victoria. No pocos anarquistas gritan por las calles el eslogan “Viva Madrid sin gobierno”.

Eduardo Val, Comité Regional de la CNT

Pero lo urgente es hablar de la defensa de la capital y de la coordinación con la recién creada Junta que preside Miaja. Eduardo Val preside el Comité Regional de Defensa  es, en estos momentos, el hombre clave de los anarquistas en Madrid. Es él quien informa de cómo está el frente y quien convence a todos los presentes de la importancia de la creación de la Junta de Defensa de Madrid. Melchor Rodríguez, que ha sido nombrado director de Prisiones por la Junta Revolucionaria del Colegio de Abogados, manifiesta. Su firme oposición a las sacas y ejecuciones de presos, no aparece en el acta. Pero hay más: González Inestal critica con dureza a Miaja,  Pozas y su Estado Mayor, a los que llama inútiles. Y propone que la CNT convenza al gobierno de Valencia para que se nombre al anarquista, héroe de Cataluña, Buenaventura Durruti,  jefe de la defensa de Madrid.

Durruti en Madrid
Todos esperan Durruti  llaman Albacete para ver si ha llegado ya. Pero nada se sabe todavía de quien, a su entender, salvará Madrid. La decisión de los anarquistas es firme: hay que resistir, movilizar a la población con octavillas, con alocuciones radiadas, con propaganda, con el ejemplo. Y cuando llegue Durruti aprovechando el gran impacto de su presencia, tomar la iniciativa, al margen del gobierno. Miaja caerá.


Poco después de la aparición de los internacionales, llegan otros anarquistas menos esperados que los de Durruti: los de Mera, junto con parte de la columna de Del Rosal. Pasan subidos en camiones, por el paseo de San Vicente, por Puerta de Hierro, el Manzanares, la Casa de Campo. De momento, van a donde les ha mandado Eduardo Val, el secretario del Comité de Defensa. El plan de Eduardo Val, autorizado por el Comité, consiste en darle a Durruti el mando de todas las unidades anarquistas, que, entusiasmadas por la dirección del héroe, salvarán Madrid.

Juan García Oliver, Ministro de Justicia
Miaja tampoco sabe que el ministro Juan García Oliver va a intentar convencer a Francisco Largo Caballero, siguiendo la petición del Comité de la CNT que se ha desarrollado hoy, de que nombre a Durruti jefe militar de Madrid. El ministro no era partidario de que viniera a Madrid pero, una vez tomada la decisión, su opinión es que asuma el mando.


La Junta de Defensa se reúne sin que estén presentes todos sus miembros. Algunos están en el frente. Se comienzan a tomar las riendas de Madrid. Se analizan los suministros, la situación militar, la evacuación de civiles… y la petición del POUM y la FAI de estar representados. El estudio de las  peticiones se aplaza para mañana. Hay cosas más urgentes.
Segundo Serrano Poncela
Ramón Torrecilla es uno de los policías adscritos a la “limpieza” de la quinta columna. Hoy forma parte de un grupo que comienza su siniestra tarea a las diez de la noche. Le quedan unas horas de vigilia y trabajo pesado. Segundo Serrano Poncela le ha encargado seleccionar a los presos que hay que sacar esta noche para que sean fusilados. Tiene que hacer tres grupos, según su profesión: militares, aristócratas, más un sector de “varios”. El trabajo es arduo. Cuatrocientos catorce presos serán fusilados en el Soto de Aldovea.

El lujoso Hotel Palace convertido en hospital de sangre
En el centro de Madrid se han habilitado también hospitales de sangre que no dan abasto para atender a todos los heridos que del frente llegan con generosidad. El más célebre es el que ha sustituido al Hospital Militar de Carabanchel que, ha tenido que ser evacuado y ahora tiene su sede en el hotel Palace. Pero hay otros, alguno de ellos dotado de excelentes instalaciones, como el de Maudes, muy cerca de Cuatro Caminos, donde la artillería franquista llega con facilidad. Lo dirige un médico comunista de Cádiz, Juan Planelles, jefe de los servicios sanitarios de Madrid. Los quirófanos de Maudes son excelentes, y excelentes las instalaciones. El único problema es el desbordamiento y la escasez de alimentos para dar bien de comer a los heridos.

Vicente Rojo comprueba que sus hombres han ganado un día más. Está orgulloso de la mutación que se ha producido entre los milicianos, que ahora ya se van convirtiendo en soldados. En soldados del ejército popular, decididos por propia voluntad a cumplir con su deber hasta el fin.
General Queipo de llano "bocazas"

El bocazas, general Queipo de Llano, que ya anunció hace tres días que hoy se celebraría un «Te Deum» en la catedral de Madrid, también tiene que apuntarse, desde los micrófonos de Radio Sevilla, a la teoría de que no hay prisa.


Hoy la Pasionaria a la vuelta del frente, se dirige a los madrileños desde el Monumental Cinema: “El pueblo se prepara para comenzar la ofensiva que lleve al enemigo no a las afueras de Madrid ni a las afueras de Toledo, sino que le aplaste y haga servir sus restos putrefactos de estiércol para las tierras de nuestros campesinos… ¡Que la consigna “No pasarán” se transforme en una realidad y que cada paso que dé el enemigo sea para cavar su propia tumba”.


PARTES OFICIALES DE GUERRA



PARTE FRANQUISTA

Ejército del Norte: 7 división. En el frente de El Escorial se ocupó Navalagamella. En el frente  sur de Madrid continuó el progreso constante de nuestras columnas, venciendo todas las resistencias que el enemigo oponía en la Casa de Campo, alcanzando los barrios próximos al Manzanares. En el asalto llevado a cabo al antiguo hospital de Carabanchel, evacuado hace dos días por los rojos y convertido por ellos en su centro de resistencia, fueron cogidos al enemigo más de 151 muertos y 150 prisioneros, aparte de los numerosos muertos, que suman varios centenares, abandonados ante el empuje de nuestras columnas.
En el barrio de Usera fue cogida al enemigo una magnífica ambulancia inglesa.





PARTE REPUBLICANO

A las once y cuarto de la noche: Frente del centro. El enemigo ha reducido todos sus ataques de ayer, empleando intensamente los medios de combate en la parte sur del sector de Madrid. Nuestras columnas, después de perder algunas de sus posiciones, consiguieron recuperarlas al anochecer. En la parte suroeste de este sector, los ataques facciosos fueron totalmente rechazados con grandes pérdidas para el adversario. La aviación fascista ha pasado sobre la capital a primera hora de la tarde, lanzando algunas bombas y desapareciendo rápidamente al ver que llegaban nuestras escuadrillas de caza.

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